martes, 16 de enero de 2007

Lleida tan sólo dispone de un inspector de trabajo por cada 40.000 empleados


La demarcación de Lleida tan sólo cuenta con un inspector de trabajo por cada 40.000 empleados. De esta forma, en toda la provincia existen cuatro inspectores. Los sindicatos alertan de que una de las figuras que debería servir para acabar con la siniestralidad laboral en Ponent es casi inexistente. El déficit en esta categoría profesional, sustentado en una ratio por volumen de trabajadores muy baja, lleva a concluir que la figura del inspector de trabajo en Lleida resulta casi “ridícula”, aseguraron fuentes sindicales.

Uno de los incovenientes que esperan paliar los sindicatos con el despliegue del nuevo Estatut es precisamente la falta de inspectores de trabajo en Lleida y en Catalunya. Además, los sindicatos recuerdan que la potestad de luchar contra la siniestralidad laboral es exclusiva de los inspectores y que incluso los subinspectores no pueden realizar esa tarea.Precisamente ayer, CCOO presentó ayer a nivel estatal los datos sobre la siniestralidad del pasado año. En la demarcación de Lleida se dieron un total de 8.025 accidentes en jornada laboral con baja. De estos, 7.903 fueron leves, 114 graves y hubo ocho accidentes de carácter mortal. La cifra de víctimas mortales es la misma que en 2005, aunque los sindicatos no consideran que los datos inviten al optimismo, más bien creen que son el reflejo de una política de prevención de riesgos laborales “nefasta y desastrosa”.La comparación de resultados respecto a 2005 muestra que a pesar de que la cifra de accidentes mortales en el ámbito laboral es la misma, en el global de accidentes el porcentaje aumentó un 3,10%. Asimismo, los incidentes leves y los graves se incrementaron un 3,09% y un 3,64%.Por sectores económicos, la única categoría que no padeció ningún accidente laboral durante el pasado año fue la agricultura. La construcción tuvo dos fallecidos, mientras que los servicios y la industria registraron tres muertes por accidente laboral el pasado 2006.Por su parte, los accidentes laborales mortales en España en 2006 ascendieron a 1.352, diecisiete menos que en 2005, según los datos facilitados ayer por CCOO. Para el responsable de salud laboral del sindicato, Joaquín Nieto, calificó esta reducción de “claramente insuficiente”.

En la rueda de prensa ofrecida ayer, Nieto explicó que de esos accidentes mortales, 977 se produjeron en el puesto de trabajo (un 1,3% menos que en 2005) y 375 fueron in itinere (de camino al trabajo) que también cayeron un 1,1% respecto al año anterior.CCOO advirtió de que todos estos accidentes de trabajo supusieron en 2006 un coste de 12.000 millones de euros, equivalente al 2% del PIB español. A pesar de que los servicios fueron el único sector que incrementó los accidentes laborales durante el año pasado, desde el sindicato se duda de que en esta legislatura se llegue a la media europea de la siniestralidad laboral.En esta misma línea, el responsable de seguridad laboral de CCOO en las Terres de Lleida, Josep Maria Baiget, apostó porque la Administración modifique su política de prevención de riesgos laborales que “siempre se produce a posteriori del accidente y por ello no da ningún tipo de resultados”.Por otro lado, Baiget apeló a que los empresarios cambien su forma de ver la prevención laboral, ya que “hasta ahora ven la lucha contra la prevención y la siniestralidad como un gasto más que como una inversión”. Hasta que no se produzcan estos dos cambios de mentalidad tanto en la Administración como en el tejido empresarial, acompañados de más inspectores de trabajo, los sindicatos vaticinan que la lacra de la siniestralidad laboral no cesará.

La Mañana, 11 de enero de 2007.

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