lunes, 27 de abril de 2009

1º de mayo: movilízate, que no te hagan pagar la crisis


Manifiesto del 1º de mayo del PCE.

Como todos los años, el Partido Comunista de España en este 1º de mayo, fecha histórica del movimiento obrero, cargada de luchas, reivindicaciones y avances laborales, sale de nuevo a la calle para plantar cara a la crisis. Una crisis que no es sólo económica, es ecológica, alimentaria, energética y de valores. Es una crisis global del sistema capitalista que ha agotado su ciclo histórico y se ha mostrado incapaz de satisfacer las necesidades más básicas del ser humano. Se hunde la concepción neoliberal de la economía y del mercado como único y supremo regulador del sistema y de nuestras sociedades.

La actual crisis financiera internacional viene precedida de un proceso de crecimiento descomunal del sector, de una ausencia total de regulación y de rápidas y suculentas ganancias de un mercado caracterizado por la opacidad, por la especulación y por el desenfreno. El predominio absoluto del sector financiero sobre el productivo sin creación de riqueza real de uso social, ha terminado por estallar haciendo quebrar el sistema y arrastrando con ello a toda la economía mundial. Reventó la burbuja financiera que ha venido arrojando beneficios millonarios para unos pocos mientras se creaban las mayores desigualdades sociales a lo largo del planeta.

Y esta crisis mundial golpea con más fuerza a la economía española por los problemas estructurales derivados del modelo productivo y del crecimiento de nuestro país en las últimas décadas. La economía del ladrillo, del turismo, del consumo, del endeudamiento familiar y exterior, acompañada de un mercado laboral desregulado, precario, con bajos salarios, falta de formación y seguridad nos han llevado al drama social actual. Tres millones quinientos mil parados, de los cuales más de un tercio no cobra subsidio alguno, golpeando con fuerza a aquellos sectores más débiles: inmigración, juventud y mujeres. El pago de las hipotecas ahoga la economía de las familias trabajadoras. Las medianas y pequeñas empresas no disponen de créditos para seguir con su actividad económica. Y los trabajadores y las trabajadoras sienten ya la angustia de un futuro sin empleo y sin prestaciones económicas.

Ante esta situación, los voceros y valedores del sistema capitalista, defensores a ultranza del mercado libre, se dirigen ahora al Estado para que les sufrague sus excesos, pague sus deudas, sanee sus bancos para volver a recuperar las altas tasas de ganancia de tiempos pasados. De nuevo, como siempre, privatizar el beneficio, socializar las pérdidas.

Nos hablan de refundar, de moderar, de ordenar el capitalismo, cambiando algunas cosas para no cambiar nada y cargando sus consecuencias sobre la clase trabajadora. Oímos ya propuestas que van en ese sentido: flexibilizar aún más el mercado laboral, abaratar el despido, bajar impuestos a la patronal, ampliar la edad de jubilación o congelar los salarios. Nosotros les decimos, bien alto y claro, que la crisis no se ha generado en el mercado laboral y por lo tanto no vamos a permitir recorte alguno en los derechos laborales conquistados con tanto esfuerzo.

El problema es el propio capitalismo y ninguna solución perdurable puede venir de él. Para el Partido Comunista de España la salida de la crisis tiene que ser una salida democrática, que beneficie a la mayoría de la población y que ponga en marcha la construcción del socialismo del siglo XXI. Desde la izquierda política y sindical hay alternativas a la crisis, tenemos propuestas posibles, creíbles y ejecutables en el día de hoy, debemos hacerlas realidad impulsando la participación de los trabajadores y las trabajadoras en un proceso de cambio y transformación social, con debate, organización y movilización.

Para el PCE los objetivos a corto y medio plazo pasan, entre otros, por: el impulso de empleo estable desde el sector público, crédito y banca pública, reforma fiscal progresiva, defensa de derechos laborales históricos, mayor protección del desempleo, reforzamiento de los servicios públicos universales y aplicación de la jornada laboral de 35 horas, sin reducción salarial.

Cuando se derrumba el montaje neoliberal, es el momento de reflexionar, de organizar y pasar a la acción por un mundo mejor. El cambio pasará, necesariamente, por una participación real en los asuntos públicos y en el seno de las empresas. En este 1º de mayo, nos reafirmamos en los valores humanos de solidaridad y justicia social, situamos, de nuevo, el horizonte socialista, llamamos a toda nuestra afiliación y al conjunto de los trabajadores y trabajadoras a participar activamente en la fiesta del trabajo.

Viva el 1º de mayo.
Viva la clase trabajadora.

lunes, 20 de abril de 2009

1º de mayo: que la clase trabajadora no pague la crisis


Manifiesto del 1º de mayo del PSUC viu.

Celebramos este año el 1º de mayo en un contexto de profunda crisis económica, una situación que está provocando el deterioro de las condiciones sociales de la clase trabajadora y el aumento continuo del desempleo a raíz del proceso de desaceleración productiva que afecta principalmente a sectores como la construcción y la industria. Corren tiempos difíciles para la clase trabajadora. Desde el PSUC viu constatamos una realidad que desde hace tiempo hemos advertido y denunciado: la patronal está aprovechando la coyuntura de crisis económica para menoscabar los derechos laborales de los trabajadores y trabajadoras.

Es decir, se privatizan los beneficios y se socializan las pérdidas. No olvidemos que en los años de crecimiento de la economía española los beneficios empresariales aumentaron de manera indecente, en un 73% entre 1999 y 2006, mientras la clase trabajadora perdía poder adquisitivo, un 4% menos entre 1995 y 2005. Ahora que la economía española ha dejado de crecer por las propias contradicciones inherentes al sistema capitalista (crisis financiera y del modelo de crecimiento), el objetivo de la patronal es que la clase trabajadora pague las consecuencias de una crisis que no ha generado.

La pérdida de empleo es a día de hoy el efecto más dramático de la crisis. A la espera de la publicación de la Encuesta de Población Activa (EPA) del primer trimestre de 2009, las estimaciones sitúan el número de parados en torno a los 4 millones y la tasa de desempleo en el 17%, una tendencia de aumento progresivo del paro, apreciable en la evolución de los datos del desempleo en cada uno de los tres primeros meses del año. En este sentido, las cifras son desoladoras. Sólo en los tres primeros meses de 2009 se han destruido cerca de 650.000 puestos de trabajo pero es más preocupante aun que las perspectivas para 2009 y 2010 sean de llegar incluso a los 5 millones de parados con una tasa de desempleo del 22%.

El panorama es aciago y lo es asimismo para el mercado de trabajo en Catalunya, segunda comunidad con la cifra más alta de desempleados con cerca ya de medio millón. No en vano, Catalunya sufre en los últimos años un reguero de cierres de empresas, expedientes de regulación de empleo y deslocalizaciones, una dinámica que esta mermando de manera gradual la capacidad productiva del tejido industrial de Catalunya. Los conflictos laborales vividos en grandes empresas como Seat, Nissan, Frigo o Panrico ponen de manifiesto hasta que punto la patronal esta dispuesta a realizar, bajo el paraguas de la crisis, una ofensiva contra los derechos laborales de los trabajadores y trabajadoras. El caso de Seat es paradigmático cuando se condiciona la fabricación de un nuevo modelo a la congelación salarial de la plantilla en una empresa que en 2008 registro unos beneficios de 44 millones de euros y que recibirá cerca de 300 millones de euros de la administración publica en concepto de ayudas al sector de la automoción. De igual manera, la multinacional Nissan en España, con 300 millones de beneficios en los últimos cinco años, anunciaba el pasado mes de octubre la presentación de un expediente de regulación de empleo para despedir a 1.680 trabajadores y trabajadoras de la planta de la Zona Franca.

Son los estragos de una crisis que en Catalunya esta golpeando duramente a la clase trabajadora y que se extiende más allá de los conflictos laborales en empresas importantes. Pensemos que por cada despido en una empresa principal hay que contabilizar tres despidos mas en la red de empresas proveedoras. Por ello, no podemos ignorar la frágil situación que sufren las empresas de componentes o las pequeñas y medianas empresas. Recientes son los casos de empresas como Esteban Ikeda, Simon, ACC Spain, Exide Technologies, Eurosit, Tubsa, EGO, Mahle, EMS, Ruffini, Robert Bosch, Indo o Delphi. Desde el PSUC viu nos solidarizamos con todas las plantillas que en el transcurso del último año han luchado por sus puestos de trabajo y por sus derechos laborales y sociales a la vez que exigimos al Govern de Entesa de la Generalitat una política industrial más activa que genere empleo de calidad y frene el retroceso que padece actualmente la industria en Catalunya.

La apuesta por un empleo estable y de calidad ha de seguir siendo uno de los ejes centrales de las reivindicaciones sociales de la izquierda política y sindical. El mercado laboral español no sólo continua presentando los mismos déficits sociolaborales anteriores a la crisis, es decir, un elevado índice de trabajo temporal así como de desempleo femenino y juvenil, sino que la situación se ha agravado y a pesar del incremento del paro la temporalidad laboral sigue rondando el 30% frente al 17% de la media europea, el desempleo entre las mujeres se situó en febrero de este año en el 16%, cinco puntos más que el registrado en febrero de 2008, y el desempleo entre los menores de 25 años ha alcanzado la tasa del 32%, diez puntos mas que hace un año y muy superior al 17% que presentan de media los países de la zona euro. Al mismo tiempo, tampoco podemos obviar la precariedad laboral que afecta a los trabajadores y trabajadoras inmigrantes, colectivo que sufre una tasa de temporalidad laboral del 44% y unas condiciones de vulnerabilidad legal y social inadmisibles en un Estado social y de derecho.

España es en el conjunto de la Unión Europea el país líder en precariedad y deterioro constante del mercado laboral. Ello confirma la fragilidad de nuestro mercado laboral y de un modelo productivo que en los últimos años se sustentó de manera casi exclusiva en la construcción inmobiliaria y en los servicios, disociando así la economía especulativa y financiera de la economía productiva, circunstancia que unida al origen financiero de la crisis ha hecho que las repercusiones de la actual situación económica internacional se hayan mostrado con más virulencia e intensidad en nuestro país. En paralelo, la debilidad estructural del mercado laboral español pone de manifiesto las propias carencias del Estado social. En España el gasto social sigue siendo insuficiente en un contexto de superávit de la Seguridad Social y de creciente desprotección social de miles de familias que carecen de prestación por desempleo y de cualquier ayuda de carácter asistencial. Así, del total de parados inscritos en las oficinas de empleo, cerca de un millón no reciben ningún tipo de renta pública y son 830.000 familias las que afrontan 2009 con todos sus miembros en el paro. Es hora, pues, de incrementar sustancialmente el gasto en materia social y de ampliar el periodo de prestación del desempleo para hacer frente a la pauperización de los medios de subsistencia de millones de desempleados.

Los principios básicos del neoliberalismo han fracasado. Se ha desmontado la mácula de la autorregulación de la economía sin la intervención del Estado y hoy en día son cada vez más los gobiernos que se ven en la necesidad de concretar planes de rescate a fin de salvaguardar las cuentas de las entidades financieras, desarrollando, así, políticas de nacionalización como antídoto a la recesión económica y a la caída en picado de los activos de los bancos. Así ha ocurrido en el supuesto edén del neoliberalismo siendo el gobierno de Estados Unidos el primero en intervenir en entidades financieras como Fannie Mae, Fredie Mac o recientemente con la compra del 36% de las acciones de Citygroup, caso éste último que ha convertido al gobierno norteamericano en el mayor accionista de uno de los bancos más importantes a escala internacional. Y aunque el objetivo de tales políticas sea el de proteger a los más poderosos se ha evidenciado la falacia y el vacío de un sistema capitalista injusto, generador de miseria e incapaz de corregir sus propias taras sino es mediante el arbitraje de la administración pública.

Desde el PSUC viu hacemos un llamamiento a nuestra militancia y al conjunto de la ciudadanía a impulsar la más amplia resistencia a la crisis y al intento de la patronal de que seamos los trabajadores y trabajadoras los que paguemos el precio de la actual situación económica, a través del desarrollo de acciones en los centros de trabajo, debates, encuentros ciudadanos y manifestaciones.

Nuestro llamamiento lo hacemos extensible a las movilizaciones del 1º de mayo participando en las manifestaciones convocadas por CCOO y UGT en Catalunya así como a la jornada convocada por los mismos sindicatos para el próximo 14 de mayo en Madrid en favor de una Europa social, en demanda del mantenimiento del empleo y con la intención de expresar un NO contundente y firme al chantaje permanente de la patronal.

¡VIVA LA CLASE TRABAJADORA!.

¡VIVA EL 1º DE MAYO!.

sábado, 4 de abril de 2009

Entrevista a Ramón Górriz, Secretario de Acción Sindical de CCOO


Mundo Obrero, abril de 2009.

Aragonés, trabajador de la GM de Zaragoza, militante de CCOO desde la década de los setenta y veterano militante marxista, Ramón Górriz es en la actualidad el Secretario de Acción Sindical. Vinculado a la Federación Minerometalúrgica de CCOO desde sus inicios como sindicalista, es el encargado de llevar el sindicalismo de clase a los sectores más vulnerables de nuestra economía. Militante de Izquierda Unida desde su fundación y colaborador ocasional de Mundo Obrero, es miembro del Consejo Político Federal de IU desde su IX Asamblea.

Mundo Obrero: Se aprecia un claro desplazamiento del riesgo y la responsabilidad de los que han provocado y gestionado la crisis hacia los trabajadores, a través de los despedidos y la defensa de políticas de ajuste social. ¿Frente a ello, qué estrategia va a desarrollar CCOO?

Ramón Górriz: Existe una clara continuidad histórica de la postura de la patronal a lo largo de la historia reciente. Para la derecha económica, en momento de crisis el problema está en el mercado de trabajo, por lo que sólo cabe una respuesta: mayor flexibilidad. CCOO rechaza de plano esta postura de la patronal, y se opondrá a toda postura que defienda una supuesta salida a la crisis vinculándola a la pérdida de derechos laborales. El problema económico y laboral en España hay que buscarlo en su propia estructura económica, para lo cual CCOO defiende a corto plazo una salida a la crisis que pase por tres prioridades: defensa del empleo, aumento de la protección social y cambio del modelo productivo. Para ello es necesario llegar a un Pacto de Estado por el Empleo.

Este cambio de modelo económico que defendemos pasa en primer lugar por la puesta en práctica de una nueva política fiscal, que recupere su progresividad, con el objetivo de aumentar los recursos necesarios para la puesta en práctica de un plan de choque industrial, el desarrollo de una política científica y tecnológica avanzada, la puesta en práctica de la Ley de Dependencia y el fortalecimiento de la FP y de toda la enseñanza pública. Un cambio de modelo productivo por tanto, que sitúe al sector público como eje central.

M.O.: Sin embargo la crisis no es tanto un tema moral del empresariado como una cuestión estructural. Vivimos en un modelo económico que requiere de bajos costes salariales para su expansión. Un Pacto de Estado como el que propone CCOO parece difícil.

R.G.: Es evidente que la crisis no es consecuencia de que tengamos malos empresarios. El problema estructural que señalas se relaciona con la propuesta de cambio de modelo productivo a la que he hecho referencia. La crisis no se va a superar si no cambiamos el modelo de crecimiento que tiene España. Con ese objetivo CCOO propone un Pacto de Estado, en el que sectores concretos del empresariado pueden estar también de acuerdo. Dentro de la patronal hay visiones diferentes y CCOO trabaja en el diálogo social con el objetivo de que las posturas más conservadoras y antisociales queden aisladas.

M.O.: El pasado fin de semana Felipe González instaba a "sacar las grúas" como forma de superar la crisis. Mientras Zapatero centra su política económica en el desarrollo de un ambicioso plan de infraestructuras. Todo apunta a qué en el gobierno tampoco se cuestiona el modelo económico actual. ¿Cómo aborda CCOO esta realidad?

R.G.: El Gobierno actúa de manera improvisada y algo contradictoria. Por un lado Zapatero anuncia que el Gobierno va a mantener las prestaciones y no va realizar reforma laboral alguna, declaraciones que desde CCOO valoramos de manera positiva. Por el otro, el pasado 6 de marzo, aprueba por su cuenta una serie de medidas en contra del criterio de los sindicatos. Medidas que se basan en recetas ya fracasadas como el uso de las bonificaciones a los empresarios y la apuesta por el contrato a tiempo parcial, en un país, que como España, cuanta con una estructura productiva que puede emplear dicho contrato para sustentar la economía sumergida y provocar situaciones de discriminación y desigualdad entre trabajadores.

M.O.: Después de las medidas aprobadas el pasado 6 de marzo por el Gobierno. ¿En qué situación se encuentra el Diálogo social?

R.G.: Se pueden apreciar tres posturas. La defendida por CCOO de llegar a un Pacto por el Empleo que dure toda legislatura; una especie de defensa por parte de la CEOE de un "programa máximo"; y por último, una actitud del Gobierno muy mediatizada por el miedo a perder las próximas elecciones europeas y, por tanto, tendente a dar una impresión de "Gobierno que toma decisiones". En ese marco es en el que entendemos las medidas aprobadas el pasado 6 de marzo.

M.O.: Parece claro que sí se apuesta por una profundización del modelo, tarde o temprano, es inevitable que el Gobierno sea partidario de aprobar medidas flexibilizadoras del mercado laboral. Con esa perspectiva, ¿consideras acertado el descartar una huelga general?

R.G.: La huelga general es una herramienta de los trabajadores y de CCOO, por tanto nunca se descarta. Las huelgas generales se convocan frente a una agresión a los derechos de los trabajadores o en defensa de un plan social o económico concreto. CCOO va a continuar en el diálogo social defendiendo una política en defensa del empleo, de aumento de la protección social y de cambio de modelo productivo. De momento es ahí donde vamos a trabajar. Pero si lo que se propone es una política de recortes laborales y pérdida de derechos como salida a la crisis, CCOO no descartará entonces la huelga general como respuesta.

M.O.: Parece por tanto que se establece una dialéctica de cambio-continuidad que va unida a otra de diálogo-movilización. Has hablado de cómo CCOO enfoca su trabajo en el diálogo social. Pero ¿qué lugar ocupan las movilizaciones en este periodo?

R.G.: CCOO junto a UGT está llevando a cabo diferentes movilizaciones en todo el Estado, manifestaciones que no deben tomarse de manera aislada o testimonial sino que forman parte de un trabajo sostenido y bien planificado. La respuesta a las mismas está siendo muy importante. Manifestaciones como la de Zaragoza o la de Barcelona del pasado 14 de marzo así lo dejan claro. En Madrid está convocada una manifestación para el día 19 de abril, así como una respuesta europea el 14 de mayo en Madrid convocada por la CES. Las movilizaciones son centrales para evitar cualquier medida de recorte de derechos de los trabajadores en momentos, que como el actual, algunos quieren aprovechar para continuar con las mismas políticas que nos han llevado al desastre actual.

M.O.: Por tanto hablas de una táctica de acumulación de fuerzas, ¿bajo qué objetivo inmediato?

R.G.: El de imponer una salida negociada a la crisis por medio de un pacto de legislatura, lo que denominamos un Pacto por el Empleo, que además de defender el empleo y el aumento de la protección social, suponga un cambio de modelo productivo y de política fiscal. Para ello CCOO trabaja en la sensibilización social, en la movilización y en las mesas de diálogo.

M.O.: Sin embargo es claro que existe un bloque de poder, que entiende que los problemas de la crisis se encuentra en el mercado laboral, y que vincula políticas de abaratamiento de costes laborales a creación de empleo.

R.G.: Si la salida es reducir derechos, habrá huelga general.

M.O.: En estos momentos también se encuentra en discusión los Acuerdos Interconfederales de Negociación Colectiva (ANC). con la patronal. ¿En qué situación se está?

R.G.: CCOO defiende que la capacidad adquisitiva de los trabajadores no se vea afectada por la crisis. La crisis ha hecho que se pierda masa salarial, por lo que rechazamos la postura de la patronal de una subida salarial de 0a 1%. Estamos ante una crisis de demanda, lo que convierte a la moderación salarial como una medida pro-cíclica. Desde la patronal se argumenta que la crisis plantea una excepcionalidad no prevista en los ANC firmados. La única excepcionalidad han sido los grandes beneficios empresariales de 2006-2008. CCOO no va a permitir que la crisis sea la excusa que utilice la patronal para imponer una política de recortes laborales.

M.O.: Haces más referencia como política de la CEOE a los recortes laborales que a la moderación salarial. ¿Por qué?

R.G.: Para la patronal el ANC es una especie de florero. Su verdadero objetivo es imponer en el Diálogo social una política basada en tres medidas: bajada de las cotizaciones sociales en un 3%; que el control del absentismo laboral pase a las mutuas; y por último, la flexibilización de la contratación (el llamado contrato de crisis) y la legalización de las empresas privadas de colocación. Es posible que ceda en el ANC pero sólo a cambio de imponer estas medidas. Frente a ello CCOO defiende una subida salarial del 2% con el objetivo de reforzar la capacidad adquisitiva de los trabajadores, junto a un aumento de la protección social y la defensa de un cambio de modelo productivo.

M.O.: Has mencionado la convocatoria de la CES. ¿Qué valor le da CCOO a articular una respuesta internacional a la crisis?

R.G.: El próximo 14 de mayo confluirán en Madrid el sindicalismo de clase del Sur de Europa, al igual que en otras ciudades tendrán lugar movilizaciones similares el mismo día. CCOO entiende que discursos de "nacionalismo" económico no son más que formas que intentan imponer políticas anti-obreras haciendo uso del nacionalismo político, del racismo y la xenofobia. En momentos como el actual, si no damos una respuesta social y de izquierdas a nivel europeo, lo que habrá será un reforzamiento de los nacionalismos, y por tanto, de políticas contraria a los intereses de los trabajadores.

M.O.: CCOO da mucha importancia a la cuestión fiscal. ¿Qué política defiende CCOO al respecto?

R.G.: CCOO se opone a cualquier política económica basada en bajar impuestos y rebajar las cotizaciones sociales de los empresarios. Ahora, en momentos de crisis, el Estado no tiene recursos para afrontar las consecuencias sociales y económicas de la situación actual, y la política de bonificaciones a la bajada de cotizaciones puede poner en riesgo la propia Seguridad Social. Al principio de la legislatura era evidente que la situación económica iba a empeorar, y sin embargo se suprimió el Impuesto de Patrimonio, medidas como la de los "400 euros", el "cheque bebé", etc. Es necesario abandonar la fiscalidad liberal y el monetarismo para regresar a la progresividad y la suficiencia de nuestro modelo fiscal.

M.O.: Pero este nuevo modelo fiscal tiene que ir aparejado a un nuevo sistema financiero en España. ¿Cuál es la alternativa de CCOO de cara al sector financiero?

R.G.: Más intervención pública a través del incremento y puesta en práctica efectiva de condiciones de seguimiento y la entrada en los Consejos de Administración de la banca privada. En segundo lugar, y respecto las Cajas de Ahorro, CCOO es favorable a las fusiones pero vinculándola a una reforma de la Ley de Cajas y la defender del carácter social de la mismas. Por último, CCOO es favorable de la aplicación de cláusulas sociales en lo relacionado con el Fondo de Inversión Local.

M.O.: Antes hablabas de la necesidad de acumular fuerzas para una salida social a la crisis. Pero para ello es fundamental fortalecer y extender el sindicalismo de clase en aquellos sectores sociales y económicos donde predomina la precariedad laboral, la falta de derechos y la ausencia del sindicato. ¿Cómo trabaja CCOO estos sectores?

R.G.: En el IX Congreso aprobamos un Plan de Acción Sindical para los próximos cuatro años. Nuestro objetivo es llevar el contenido de este plan al mismo diálogo social. En lo concreto, podemos decir que el contenido del Plan de Acción se puede resumir en cuatro puntos: reforzar la acción sindical y la negociación colectiva; tomar como referencia en nuestra política organizativa a las secciones sindicales y las federaciones; y dos puntos más relacionados con cambios estructurales, al defender un nuevo modelo fiscal y la defensa de una alternativa económica. Esos son los elementos centrales de nuestra propuesta.

Si nos centramos más en el modelo organizativo, nosotros apostamos por reforzar las secciones sindicales. El delegado de CCOO tiene que hacer lo que se decida en su sección sindical. El comité de empresa no dirige ni organiza; la sección sindical sí. Sino se cae en el corporativismo.

M.O.: Para finalizar. El pasado 6 de marzo se realizó el primer encuentro entre las direcciones de CCOO y de Izquierda Unida. ¿Cómo se valoraran desde CCOO las relaciones entre ambas organizaciones?

R.G.: Desde CCOO respetamos la autonomía respecto a las estrategias de otras organizaciones. En las cosas que coincidimos intentamos profundizar; en las que discrepamos seguimos debatiendo. Pero esta autonomía de CCOO no quiere decir equidistancia. Para Comisiones Obreras, Izquierda Unida forma parte del mismo cuerpo social en el que se encuentra CCOO, el de aquellos que plantean la necesidad del cambio de la sociedad. En este sentido, valoramos como muy positiva la recuperación por parte de IU, del discurso de la centralidad del mundo del trabajo en su última asamblea.

* Fundación de Investigaciones Marxistas.