miércoles, 2 de mayo de 2007

Los sindicatos fijan su prioridad en la subida de los salarios más bajos


La lluvia que ayer cayó en Barcelona deslució la celebración del Primero de Mayo, que registró una baja participación. En la manifestación central, CC. OO. y UGT centraron su prioridad en la subida de los salarios más bajos, mujeres, jóvenes, inmigrantes... hasta al menos mil euros.

La mejora de los salarios para los colectivos menos favorecidos - esencialmente mujeres, jóvenes e inmigrantes- centró la celebración del Primero de Mayo en Barcelona, deslucida en parte por una lluvia insistente. Los sindicatos optaron por fijar sus esfuerzos en el aumento de los sueldos más bajos una vez conseguidos otros avances sociales como la potenciación de los contratos indefinidos o la ley de Dependencia.

Más de 10.000 personas - según los organizadores UGT y CC. OO.- y 3.500 - según la Guardia Urbana- se manifestaron ayer en Barcelona. La lluvia provocó que la asistencia fuera menos de la mitad que la del año pasado. Aun así el plantel de personalidades políticas fue superior al de otras ediciones. Los líderes sindicales destacaron la necesidad de aumentar los salarios hasta un mínimo de mil euros al mes para luchar contra la precariedad. Josep Maria Álvarez, secretario general de UGT Catalunya, insistió en la exigencia a la patronal de que todos los convenios recojan el salario mínimo. Su homólogo en CC. OO. de Catalunya, Joan Coscubiela, pidió que el Gobierno eleve el salario mínimo interprofesional (SMI) hasta los mil euros. Actualmente se encuentra en 570 euros.

La manifestación de Barcelona arrancó en la plaza Urquinaona con la presencia, en primera fila, de los dos líderes sindicales, y de la presidenta de la Asociación de Víctimas del 11-M, Pilar Manjón , que se encontraba en Barcelona por una reunión. Manjón abandonó la cabecera de la marcha poco después de que la manifestación arrancara.

La marcha llegó a la plaza de la Catedral sin pancarta después de que dos personas arrojaran un bote de pintura amarilla. Lanzaron panfletos firmados por el colectivo independentista Maulets en los que protestaban "contra el sindicalismo amarillo y de pactismo". Fueron interceptados por miembros del servicio de orden de la manifestación.

Durante los parlamentos finales, los líderes sindicales, además de pedir el aumento de los salarios más bajos, defendieron la vigencia del Estatut d´Autonomia de Catalunya. "Por supuesto que ha valido la pena", dijo Álvarez en clara alusión a las críticas del ex president de la Generalitat Pasqual Maragall al texto.

Joan Coscubiela, que soportó de forma estoica un fuerte aguacero durante su intervención, criticó duramente la reforma fiscal del Gobierno. Respecto al aeropuerto de El Prat, pidió su descentralización pero no su privatización. Los dos líderes aprovecharon la ocasión para recordar al Gobierno de Andorra que debe permitir la libertad sindical.

En cuanto a los conflictos laborales abiertos, Álvarez avanzó que la plantilla de GDX en Palausolità i Plegamans ha llegado a un acuerdo para mantener el empleo. En la planta trabajan 720 personas y está amenazada de cierre por sus pérdidas económicas.

La tercera fuerza sindical en Catalunya, la USOC, celebró su propia manifestación Barcelona. Los actos de la USOC reunieron a unas 1.500 personas, según los organizadores, muchos venidos en autobús desde fuera de la ciudad. La secretaria general de la USOC, Antònia Gil, señaló en su discurso que "en un momento de crecimiento económico como el actual el pacto interconfederalo no debería haberse firmado a la baja", pues recoge incrementos de sólo el 2%. La CGT, la CNT y la Intersindical-CSC, también organizaron actos de celebración en Barcelona.

Fuera de la Barcelona, UGT y CC. OO. convocaron manifestaciones en Tarragona, Girona y Lleida. La asistencia fue muy baja y se situó entre las 300 y 500 personas en cada ciudad.

EDUARDO MAGALLÓN
La Vanguardia. 2-5-07.

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