jueves, 31 de mayo de 2007

GDX anuncia el cierre de la fábrica de Palau-solità i Plegamans


La multinacional estadounidense del sector auxiliar de la automoción GDX Automotive, propiedad del fondo de inversión Cerberus, ha anunciado el cierre en tres fases, entre julio de 2007 y abril de 2008, de su fábrica de Palau-Solità i Plegamans (Barcelona) y el despido de sus 740 trabajadores.

La dirección de GDX, que se reunió ayer con el comité de empresa, con la mediación del departamento de Trabajo de la Generalitat, ha comunicado que la próxima semana presentará un Expediente de Regulación de Empleo (ERE), después de acumular pérdidas por valor de 18 millones de euros en 2006 y de unos 5 millones de euros en el primer cuatrimestre de este año.

GDX, que ya cerró su planta de Valls (Tarragona) en diciembre de 2006, lo que afectó a 156 trabajadores, trasladará los primeros utillajes para fabricar las tiras de caucho para las puertas, ventanas y maleteros de los vehículos el próximo 30 de julio, según han informado fuentes sindicales presentes en la reunión.En una segunda fase, que concluirá el 30 de octubre, se trasladará otra parte del material, mientras que el cierre definitivo de la fábrica se ha fijado para el 30 de abril de 2008.

La compañía justifica esta decisión por la pérdida de confianza de los clientes, sobre todo Volkswagen y Seat, lo que ha provocado un paulatino descenso de la producción.GDX presentó en octubre de 2006 un plan de viabilidad que contemplaba el cierre de la fábrica de Valls, el desvío de varias líneas de producción a plantas de Alemania y la República Checa, y la venta de los terrenos de la factoría de Palau-Solità i Plegamans por 16 millones de euros para refinanciar a la filial española.

El compromiso era recuperar parte de esas líneas de producción en beneficio de la única fábrica española de la multinacional estadounidense, cuyo centro de decisión en Europa se encuentra en la ciudad alemana de Grefrath.El pasado 1 de mayo la misma compañía consiguió detener varias huelgas convocadas por la plantilla al anunciar que no cerraría su fábrica barcelonesa y que elaboraría un plan de viabilidad.

Los paros del personal de GDX provocaron problemas de producción importantes a Seat, uno de sus principales clientes, hasta el extremo de obligar a detener varias líneas de ensamblaje de la planta de Martorell (Barcelona).La fábrica catalana es una de las tres más importantes de la multinacional, junto al centro de Guadalajara (México) e Indiana (Estados Unidos).

El cierre de la fábrica de Valls ya se presentó como la única salida para la supervivencia de la filial en España, que se fundó en 1988 como Draftex Ibérica para atender la creciente demanda de piezas de caucho generada por la fuerte expansión del sector del automóvil.De esa época data la construcción de la planta de Palau-solità i Plegamans, que se ha ampliado en sucesivas ocasiones debido al crecimiento de la empresa, una tendencia que se tradujo en 1997 en la puesta en marcha de la segunda factoría catalana, la de Valls.

Este anuncio se enmarca en un contexto de dificultad para los proveedores del sector de la automoción debido a la reducción de los márgenes y a la competencia de Europa del Este y Asia, lo que ha provocado, entre otros, el cierre de la fábrica de SAS en Abrera (Barcelona) y de la planta de Industrias Plásticas Trilla en Ripollet (Barcelona).

Agencia EFE.
31 de mayo de 2007.

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