lunes, 2 de junio de 2008

Cuatro trabajadores mueren en la obra del nuevo Mestalla


Comunicado de Joves Comunistes (JC).

El capitalismo se sigue engrasando con nuestra sangre.

Cuatro trabajadores muertos es el saldo final del accidente laboral ocurrido el 26 de mayo en las obras de construcción del nuevo estadio del Valencia CF. El suceso, que se produjo tras la caída de un andamio desde una altura de más de diez metros, ocurrió tras un fallo en la ejecución de la maniobra de colocación de un andamio en una de las torres a unos 12 metros de altura, y aparentemente debido a un fallo mecánico en los soportes del andamio. Según CC OO, los trabajadores muertos, con edades comprendidas entre los 22 y los 38 años, estaban sometidos a 'presiones' y horarios extras para cumplir los plazos.

Desde Joves Comunistes condenamos este nuevo acto de terrorismo patronal perpetrado por FCC y Bartolin, empresas encargadas de las obras. De nuevo las capas sociales más vulnerables como la juventud y la inmigrante son las más afectadas, de nuevo han muerto jóvenes inmigrantes en su puesto de trabajo por una temeridad empresarial. Vienen y nos regalan su más preciado tesoro que es su trabajo y se les paga con temeridad, imprudencia y en este caso la muerte.

FCC (Fomentos de Construcciones y Contratas) obtuvo un beneficio neto de 83,9 millones de euros durante el primer trimestre del año, y también está construyendo estadios en Ucrania, Singapur, etc. Por la construcción del nuevo estadio del Valencia FCC se embolsara entre 240 y 260 millones de euros.

El precio de un andamio puede oscilar de 500€ a 3000€ más el montaje. En una empresa que gana 83,9 millones de euros es de una soberana imprudencia, temeridad y desprecio por la vida humana, que 4 trabajadores mueran por un "fallo mecánico en los soportes de un andamio".

No podemos tolerar que 4 trabajadores de los cuales 2 se dedicaban a la mondadura del andamio, fallezcan en una operación que aparentemente no entrañaba peligro.

L@s trabajador@s seguimos pagando con nuestras vidas las nefastas consecuencias de este modelo de producción criminal, que antepone los beneficios económicos sobre la vida y la salud de las personas.

La siniestralidad no es más que un brazo de la esclavitud a la que se ven sometidos muchos trabajadores en determinados sectores sin cobertura sindical o sin contrato de trabajo. Hemos abandonado el siervo de la gleba dónde un esclavo era propiedad de su dueño para con el capitalismo ser propiedad de toda una clase para nuestra existencia. El obrero pertenece a la clase capitalista en conjunto, y la siniestralidad laboral es la más dramática consecuencia de la relación social capital-trabajo. En aras de la reducción de costes (entre ellos los de seguridad) el capital anda más suelto que nunca con la doctrina neoliberal, se siente seguro sin gobernanza, con sus inversiones diversificadas en el mercado financiero, con la legislación a su favor y sin respetar ni cuidar la vida de los trabajadores. Quedan así en evidencia los daños colaterales de lo que los nuevos economistas llaman "flexiguridad".

Joves Comunistes.
29 de Mayo de 2008.

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