jueves, 29 de mayo de 2008

IX Congreso de CCOO: Ideología y responsabilidad sindical


Fernando Ibáñez Seral.

Delegado de CCOO-Tudor y miembro de la Secretaría de Movimiento Obrero del Partido Comunista de Aragón.


Con el próximo periodo congresual ha llegado el momento de las ideas y el debate, ese debe ser el objetivo para nosotros, los comunistas en este IX Congreso Confederal de CC.OO. El Sindicato tiene que realizar un análisis de la situación actual, ver de donde venimos y marcar el rumbo de hacia donde vamos.

No es necesario repetir que la manera que tendrá el gobierno liberal del PSOE de gestionar la crisis a la que nos enfrentamos, dependerá de la presión que se pueda realizar desde los agentes sociales, desde la calle.

El PSOE, durante los años de bonanza económica ha mantenido, el gasto social, el gasto en educación, sanidad e investigación a niveles muy por debajo de los del resto de países de la UE. Este modelo económico ha propiciado una distribución de la riqueza totalmente injusta, en donde las trabajadoras y trabajadores hemos visto pasar por delante de nuestros ojos el insultante “superávit presupuestario” mientras nuestras economías sobrevivían con pena y sin gloria. En definitiva un desarrollo insostenible ecológica y económicamente.

Tras años de bonanza, la crisis no la podemos pagar los de siempre, y la dirección del Sindicato debe intervenir. Este IX Congreso marcará el programa de acción. El cómo afrontar este periodo dependerá de él. CC.OO. no puede consentir que la crisis reinvierta en el trabajador. Pero cualquiera puede tener un buen discurso. No basta con un programa de acción, sino que su aplicación, es el elemento diferenciador y fundamental (palabras, pero también hechos). La aplicación en el día a día, y en todos lo niveles del sindicato, de las decisiones surgidas del debate de las ideas depende de la dirección surgida en este Congreso, y los actuales gestores del Sindicato han demostrado que independientemente del discurso, terminan por no ir más allá del ámbito estrictamente laboral, dejando totalmente apartado su función sociopolítica o teniendo un papel de mera comparsa de las decisiones del gobierno.

El Sindicato debe apostar por un modelo económico fundamentado en el reparto justo de la riqueza, con un sector público capaz de ser motor de la economía y teniendo como objetivo principal el superávit social. El Sindicato debe huir de defender la opción menos mala, de conformarse con las migajas que puede proporcionar el liberalismo. CC.OO. tiene un modelo por el que apostar y convertirse en un gran activo para los trabajadores, fortaleciendo la participación de todos los afiliados SIN EXCLUSIONES.

Los comunistas debemos defender el carácter socio político del Sindicato, debemos de trasladar nuestro modelo económico al debate del próximo Congreso, y lo debemos de hacer sin fisuras. Ningún comunista puede defender un modelo sindical que no trabaje por implantar un modelo económico justo, social y sostenible. Tenemos de trasladar nuestras ideas al Sindicato. No existe el comunista a tiempo parcial, no puede haber un discurso distinto en el Sindicato y otro en el Partido. Esto no es para nada contradictorio con la idea, la cual yo estoy convencido, de que debemos luchar por un Sindicato independiente y plural, libre de las presiones de partidos políticos incluido el nuestro, pero nunca, y quiero repetir NUNCA independiente de las ideologías. Nuestra aportación en el debate es fundamental para fortalecer ideológicamente a las Comisiones Obreras.

Los Comunistas debemos fortalecer CC.OO. con nuestra capacidad, con nuestras ideas y con nuestro trabajo, duro y desagradecido trabajo. Solo de esta manera se puede trasladar el ideario comunista a las trabajadoras y trabajadores. Tenemos que seguir construyendo un sindicato unitario, plural y sociopolítico. Nuestro objetivo es el de unir, sin abandonar nuestros principios, la realidad es que con nuestras ideas no nos resulta difícil encontrar compañeros con los que compartir objetivos sindicales, es con esta gente con la que se puede sumar, y compartir el trabajo, sin excluir a nadie. No podemos perder la oportunidad que nos da este periodo congresual, de fortalecer nuestra organización y de crear junto con otros, estructuras medianamente organizadas capaces de resistir el envite liberal que también dentro del propio sindicato intenta barrer nuestras ideas de la sociedad.

Tenemos que desenmascarar a los falsos sindicalistas que viven de la discrepancia, que se fortalecen con el enfrentamiento y que después su actitud diaria es de servilismo con el poder marcado. Esta minoría se encuentra fuera de lugar con el trabajo, con el debate de las ideas pero nada como pez en el agua con la bronca congresual. Los que buscan separar y se aprovechan de la fragmentación siempre nos tendrán en frente. Los comunistas hemos sido y seremos ejemplo en el trabajo y en la militancia, y es allí donde reside nuestra fuerza.

A los comunistas se nos debe visualizar como un grupo, con una sola voz y sobre todo con un mismo mensaje, el de defender un sindicato plural y fuerte. Debemos ser un bloque, pero no un bloque rígido e impermeable, sino como un conjunto de personas capaz de sumar, de buscar consenso, de atraer a otros y dejarnos atraer por otros. Debemos de ser la garantía de un sindicato para todos, para todos los que creen en la lucha obrera.

Si nos mostramos medianamente cohesionados, con una apuesta sindical clara basada en nuestro modelo socialista de economía y sumados a los que comparten esta idea, contaremos con la suficiente fuerza como para aportar mucho al Sindicato, y ninguna dirección entrante podrá, o puede, obviar esta realidad. Se debe contar con nosotros, con nuestro referente, si se quiere tener una dirección fuerte, plural y capaz de afrontar los retos a los que se deberá enfrentar en un futuro no muy lejano.

El Sindicato no puede marginar nuestras aportaciones y debemos de tener nuestro espacio, en los órganos de dirección y en los documentos que marquen las líneas de actuación, para poder construir un proyecto común. Sin nosotros todos pierden, todos perdemos. Pero nuestro objetivo no es tener sillones en los cuales acomodarnos, nuestro objetivo es ser visibles, tener espacios de participación, de actuación, en los cuales poder trabajar. No podemos caer en el discurso fácil y cómodo, y huir de responsabilidades tildándolas de comodidades burguesas o calificativos parecidos. Debemos de luchar por tener dichas responsabilidades, con las que demostrar, con nuestro trabajo, que somos capaces de hacer un sindicalismo muy distinto a aquellos que tienen una fijación especial por los cargos. Para no caer en la marginación sindical, y para que en un futuro poder hacer de nuestras ideas las mayoritarias, debemos de ser visibles, tener la oportunidad de demostrar nuestra forma de trabajar. Debemos de tener “despachos” para llenarnos con los afiliados, que sean una puerta abierta a todos aquellos que solo encuentran puertas cerradas, lugares en donde mantener vivas la lucha de las ideas y a través de los cuales poder ser referente de otros compañeros que se encuentren perdidos y aislados en la gran estructura del Sindicato.

No podemos tener miedo a gestionar, por qué tenemos la capacidad, la fuerza y sobre todo las ideas. Porque nuestra gestión no es excluyente, es abierta a los afiliados, es garantía de participación y debate. Nuestra gestión es unión, se realiza junto con otros, escucha a la calle y sale a ella, pero tampoco tenemos miedo a enfrentarnos en las mesas de negociación con patronal y gobierno. No huimos ante ningún reto, no huimos del dialogo social, pero, me repito, sin dejar la calle.

Los comunistas tenemos opinión clara en cuestiones como; El acceso a una vivienda digna, lucha contra la precariedad laboral, lucha por un salario digno. Somos vanguardia a la hora de revindicar; Un proyecto industrial que consolide el empleo, un sector publico dinamizador de la economía, unas políticas de medio ambiente que aseguren la avance sostenible de la humanidad, actuaciones claras y directas para poner la salud laboral delante de cualquier objetivo económico, persecución contra la discriminación de las trabajadoras y trabajadores inmigrantes, solidaridad real entre regiones con políticas de vertebración del territorio, y sobre todo tenemos que aportar al sindicato nuestro esfuerzo a la hora de luchar por una igualdad de genero real, con actuaciones contundentes y valientes.

El IX Congreso debe servir para hablar de todos estos temas, debemos de dar un paso al frente, para avanzar hacia un sindicato abierto y útil a la clase obrera. No podemos perder esta oportunidad de organizar y de trabajar. Nuestro deber como comunistas es el de luchar por nuestras ideas y para ello debemos de trabajar y exigir con una sola voz nuestro importante espacio en CC.OO.

Tenemos un modelo económico alternativo al actual, un modelo más solidario, más sostenible, con mayores mecanismos de control, capaz de dar respuesta a la crisis a la que nos enfrentamos. El Sindicato es nuestra herramienta sin renunciar a su independencia, y nosotros nos debemos de poner al servicio del Sindicato sin renunciar a nuestros principios.

MUNDO OBRERO

JUNIO DE 2008.

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