martes, 24 de abril de 2007
Reparto del empleo y reparto de la riqueza
Una año más, los trabajadores y las trabajadoras de todo el mundo vamos a conmemorar este 1º de mayo renovando nuestro compromiso de lucha por la conquista de un mundo mejor, donde la solidaridad, la justicia social, la igualdad y la paz dejen de ser sólo palabras para convertirse en práctica habitual y de convivencia social.
El capitalismo mundial sigue demostrándonos que lejos de llevar la paz y el bienestar a los pueblos, prosigue con su estela de devastación, expoliando las riquezas naturales del mundo entero y sumiendo a sus gentes en la pobreza, en la guerra y la muerte. Iraq, Palestina o Africa son exponentes claros y sangrantes de la rapiña imperialista que bajo la falsa excusa de combatir el terrorismo o de exportar su democracia invade todos los rincones del planeta. Con sus bombas destructivas y con sus multinacionales ávidas de más y más beneficios lo único que han conseguido es un mundo más inseguro e inestable, donde la desesperación, la impotencia y el odio se intensifican y constituyen un caldo de cultivo idóneo para más terrorismo.
Este 1º de mayo en Europa viene determinado por las reformas laborales que se pretenden aprobar en un futuro próximo y que forman parte del llamado Libro Verde. Todo un alarde de desregulación del mercado de trabajo que responde a la lógica neoliberal del Tratado Constitucional. Pretender combinar la flexibilidad organizativa demandada por las empresas con la seguridad laboral que defendemos los trabajadores y las trabajadoras, resulta del todo imposible y contradictorio. Bajo el término de flexiseguridad se esconde el intento real de revisar a la baja la normativa reguladora de la contratación indefinida para impulsar ampliamente la contratación temporal.
En España, este 1º de mayo se celebra en un contexto económico y laboral nada favorable para los intereses de la clase obrera. Hemos asistido en estos últimos meses a la aprobación de diferentes reformas, la Reforma Fiscal, La Reforma Laboral y la Reforma de la Seguridad Social que lejos de suponer un avance de los derechos laborales de trabajadores y trabajadoras, contribuyendo a aumentar su poder adquisitivo, su estabilidad, seguridad y su bienestar, han vuelto a poner el acento en el beneficio y el interés patronal.
Estas reformas han supuesto una importante inyección de dinero público al empresariado a través de bonificaciones, rebajas de cotizaciones y ayudas extraordinarias a la contratación de diferentes colectivos. Siguen la misma lógica de reformas anteriores con la aplicando de constantes recortes laborales en nombre de la seguridad y la calidad del empleo. Sin embargo, hemos visto como a lo largo de las dos últimas décadas la temporalidad se ha disparado hasta porcentajes realmente escandalosos y la calidad del empleo se ha visto sustancialmente rebajada con una enorme proliferación de los llamados contratos basura.
La economía va bien, se vanagloria el Gobierno, porque el crecimiento económico es superior a los producidos en los países de nuestro entorno y el desempleo se ha rebajado sustancialmente. Zapatero prosigue con su discurso triunfalista y tan alejado de la realidad cotidiana de la clase trabajadora al tiempo que amenaza de nuevo con recortes de la Seguridad Social. Sin embargo, ocultan convenientemente cómo se ha repartido ese crecimiento de la riqueza que ha ido a engordar, de forma vergonzosa, las rentas más altas, con cuantiosos beneficios empresariales y con raquíticos aumentos salariales. La participación de las rentas del trabajo en el PIB sigue perdiendo peso a favor de las rentas del capital, poniendo de manifiesto la orientación neoliberal de las políticas económicas y laborales del PSOE.
El día a día de las familias trabajadoras, jóvenes, mujeres e inmigrantes se manifiesta con toda su crudeza y el porvenir se presenta incierto. El endeudamiento familiar alcanza cifras realmente escandalosas y peligrosas, hipotecando su propio futuro. Las dificultades económicas aumentan para llegar a final de mes, la capacidad de ahorro sigue disminuyendo, adquirir una vivienda se ha convertido en una hipoteca de por vida y la pobreza alcanza ya a aquellos que tienen un empleo.
La precariedad, verdadera lacra de nuestro mercado laboral, se pone de manifiesto a través de abundantes y abusivos contratos eventuales, bajos salarios, largas jornadas y ritmos agotadores, falta de seguridad y finalmente, como consecuencia de todo ello, un alto índice de siniestralidad y de enfermedades laborales que lleva a la muerte a miles de trabajadores a lo largo y ancho de nuestra geografía.
Muchos somos los que no nos resignamos a esta realidad, seguimos rebelándonos ante semejante barbarie, alzando nuestras voces junto a la de miles y miles de personas que luchan por sus derechos y su empleo (ejemplo Delphi), no renunciamos a la utopía, poniéndonos en acción y organizando el cambio hacia un futuro más justo.
Nosotros seguimos defendiendo una drástica reducción de la precariedad en el empleo recuperando la causalidad en la contratación y reduciendo el número de modalidades. Una mayor protección laboral frente al despido aumentando sustancialmente las indemnizaciones y limitando sus causas. Eliminación de las ETTs, jornada de 35 horas sin reducción salarial, recuperación del poder adquisitivo, cumplimiento de la normativa de salud laboral, persecución del fraude en la contratación, avances en materia de igualdad de género, democratización en el ámbito de la empresa. Estas propuestas ponen de manifiesto que es posible, urgente y necesaria su aplicación.
Este 1º de mayo sigue impulsándonos, motivándonos, renovamos nuestro compromiso y ponemos a disposición del combate y la lucha obrera, toda nuestra capacidad y energía porque nos sabemos deudores de tantos hombres y mujeres que nos precedieron en tiempos pasados, dando lo mejor de ellos para que la lucha de clases siga siendo, de forma imparable, la palanca que mueve la historia de la humanidad.
VIVA EL 1º DE MAYO.
VIVA LA CLASE OBRERA.
Partido Comunista de España.
Mayo de 2007.
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