"La dirección no ha sabido interpretar el Estado autonómico".
Ignacio Fernández Toxo, candidato alternativo.
Ignacio Fernández Toxo (Ferrol, 56 años), metalúrgico, ex dirigente de la federación del metal y responsable de acción sindical, está absolutamente convencido de que será el nuevo secretario general de Comisiones. Afirma tener un margen de 120 votos sobre Fidalgo.
¿Por qué se presenta?.
Fundamentalmente para intentar la reunificación del sindicato y superar la fractura interna abierta en 1995. Creo que el actual secretario general ni quiere ni puede hacerla.
¿Un golpe de mano?.
Son palabras muy fuertes. Estas acusaciones ponen de relieve una concepción del sindicato. Si esto fuera cierto, no tendría el respaldo de una organización madura.
La gestión es intachable...
Es cierto que el número de afiliados ha aumentado en 200.000 personas hasta superar 1,2 millones y que hemos ganado las elecciones sindicales, pero los resultados no son de una persona, sino de todo el sindicato. No nos podemos ensimismar con estas cifras. No hay que olvidar que nuestros afiliados sólo representan el 7% de la población asalariada, que sólo el 40% de las empresas que podrían celebrar elecciones las han hecho.
¿Su alianza con las dos fracciones minoritarias no es ingobernable?.
Las dos corrientes minoritarias, encabezada por Agustín Moreno y Rodolfo Benito, no son antagónicas. Todos pertenecemos al mismo sindicato y no podemos caer en la lógica de gobierno y oposición.
¿Por qué Catalunya y Euskadi han dado la espalda a la actual dirección?.
No hemos sabido interpretar la realidad de un Estado muy descentralizado. Por eso es necesario cambiar, porque no se ha sabido dar respuesta a la singularidad del sindicalismo vasco ni tampoco del catalán, y esto ha provocado tensiones que eran evidentes.
¿Federalismo sindical?.
Somos una organización federal que queremos respetar la legislación laboral básica.
¿Con usted se radicalizará el sindicato?.
En absoluto. Quien se ha radicalizado ha sido la patronal, que intenta salir de la crisis haciéndosela pagar a los trabajadores. Sólo sacaríamos la gente a la calle si bajan las cotizaciones sociales o si el Gobierno convierte en ley los planteamientos de la CEOE.
La Vanguardia,
18 de diciembre de 2008.
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